En los últimos años, Sophia ALC ha promovido el desarrollo del liderazgo comunitario en América Latina y el Caribe. Con el avance de las tecnologías digitales, las comunidades están cada vez más conectadas, creando redes que trascienden las barreras geográficas y culturales. Así como las redes pueden manifestar muchas formas de interacción y relaciones, la arquitectura del liderazgo en red también puede adoptar cualquier forma.
Una posibilidad es el liderazgo distribuido en red, que consiste en compartir funciones y responsabilidades de liderazgo entre los miembros de la red. De este modo, todos pueden aportar sus talentos y habilidades en distintos momentos y situaciones. Esta forma de liderazgo valora más la influencia que el control, y fomenta el empoderamiento, la confianza y la colaboración entre los participantes de la red.
El liderazgo distribuido en red puede ser desarrollado por cualquier persona que forme parte de una red comunitaria. Se trata de una forma de liderar que valora la influencia, la colaboración y la innovación dentro de una red de personas. Esto crea un entorno de empoderamiento, confianza y creatividad.
Sin embargo, esto no significa que la red no tenga ninguna forma de autoridad. El liderazgo distribuido en red equilibra el liderazgo indirecto (personas influyentes) con el liderazgo directo (uso de la autoridad). El liderazgo directo se utiliza cuando es necesario tomar decisiones rápidas, resolver conflictos o garantizar la calidad de los resultados. El liderazgo indirecto se utiliza cuando hay espacio para el diálogo, la participación y la experimentación.
La influencia social es fundamental para la formación de redes, que se caracterizan por la confianza, la colaboración y la reciprocidad. La apertura a la diversidad y la transformación enriquecen la red, y las herramientas de colaboración son esenciales para intensificar las interacciones. La diversidad, que se valora en la red, procede de múltiples perspectivas, lo que mejora la comprensión. La reciprocidad, en la que todas las contribuciones se valoran por igual, es crucial, y esta dinámica relacional fomenta el aprendizaje constante.
Existen diferentes roles de liderazgo que pueden desempeñarse en una red, dependiendo del contexto y de las necesidades de la red. El modelo PAIE propone cuatro roles principales: el productor, que se centra en los resultados; el administrador, que se ocupa de la organización y el control; el integrador, que busca la armonía y la cooperación entre los miembros de la red; y el emprendedor, que tiene una visión estratégica e innovadora. Estos papeles pueden combinarse o alternarse, según la situación.
¿Qué papel desempeñas en tu red? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios!